lunes, 2 de noviembre de 2009

LA FERIA DE LA HABANA UN PUNTO DE ENCUENTRO Y MAS

Para los organizadores, la Feria Internacional de La Habana es un evento de suma trascendencia para pulsar el mundo de los negocios, ubicarse en nichos de mercado, mostrar lo que hacemos en Cuba y ver lo que otros traen, en fin...Y es indiscutible que se trata de un evento de gran importancia para nosotros y para quienes nos visitan.De sus pormenores, por supuesto, mantenemos al tanto al público en nuestros medios de difusión y páginas web. Pero la Feria trasciende ese ámbito de personas que se visten para la ocasión, ubican sus mejores plumas y lapiceros a la vista, nos muestran que, no importa que el stand sea pequeño, porque perfume bueno llega en frasco chiquito, sacan sus computadoras para exhibir su carpeta de productos y hasta cambian el ¨hablao¨cubanísimo, atropellado y subido de tono, por uno más pausado y profesional.
La Feria,como la llamamos, porque se considera la madre de todas las otras que se realizan en el país, es también MUYde los habaneros. La siguen desde que la anunciamos y buscan todas las formas posibles para llegar a Expocuba, con y sin invitación, con el dinerito exacto para que entre toda la familia el día que se abre al público en general, o con sus pesitos para tomarse una cerveza con la novia e impresionar. Es un vacilón observar cómo la disfrutan, el interés que muestran por lo que se expone, las preguntas que hacen; son profesionales, estudiantes, técnicos, obreros, cuya base educativa les posibilita comprender de lo que se trata, la razón de tal servicio, para qué sirven esas máquinas, qué cultura representan esas artesanías indígenas o cuán trascendente puede ser aquel proyecto ambientalista.
Los más jóvenes se agrupan en los sitios de los que huímos los más viejos, o sea, donde la tecnología abusa de la música de altos decibeles, hay rifas y vídeos; y algunas caravanas de gente de la Tercera Edad, mejor, Adultos Mayores, alquilan su guagüita para echar también su miradita a esa vitrina mundial y no quedarse atrás a la hora de presumir. Y es que la interrogante criolla: Oye ¿ ya fuíste a la Feria de La Habana? es como punzonarte con la mirada de Te quedaste atrás, compadre.
Fuera de lo que hago cada día en esta expobolsa y que he realizado por unos 20 años -y esta es la edición 27! imagínense!- me encanta la feria porque me encuentro con Malanga y su puesto de viandas, es decir, con gente que estuvo conmigo en la Secundaria o el Pre, con alguien que trabajé en no sé dónde, con amistades de todas partes, con personas que he entrevistado a lo largo de esta añeja carrera y que me reconocen, con amores que pasaron por mi vida, o yo pasé por la de ellos, sin que se enteraran...!Cómo se activan las neuronas!
En verdad la Feria es un punto de encuentro. Por ejemplo, allí tropezamos las colegas de siempre y los colegas también, nos miramos de refilón a ver cuán más arboladas de canas están nuestras cabezas y preguntamos por hijos y parientes , -los mismos por los que les interrogamos hace unos días en cualquier otro evento-, nos recomendamos la dieta del Nunca Jamás y, humanos en fin, cotilleamos de cualquier cosa, mientras morimos de sofoco en las largas caminatas de pabellón a pabellón.
Me gusta la Feria Internacional de La Habana, tan habanera como cualquiera de los que habitamos esta ciudad; bullanguera, calurosa,colosal. Me la siento en el dolor de los pies de cada noche y en ese cansancio que me cierra los ojos, mientras regreso a casa, con la cara llena de bacterias multinacionales, de todos los besos que me han dado cubanos y extranjeros.Es que, con los años, vamos haciendo amistades con empresarios de otras latitudes que también son besucones o lo aprendieron en Cuba y se les quedó la maña.
La feria me mata, me suelta despetroncada, hecha leña, para hablar en buen cubano,pero a pesar de ello me siento bien...! Caramba!

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