viernes, 16 de octubre de 2009
EL COTILLEO HABANERO
La Habana es como una casa. Pese a que sobrepasa los 2 millones de habitantes, la gente se trata como si se conociera de siempre, conversan en las paradas de ómnibus, en las panaderías, en los hospitales en y camino a cualquier lugar; y lo hacen con soltura, sin inhibiciones y generalmente en forma sana.
Y fíjense que no dije ¨los habaneros¨sino La Habana, la capital de Cuba, que es como decir el gran patio que acoge a gente de todo el archipiélago: cubanos que podrán diferenciarse por su cadencia al hablar, bailar y hasta vestirse, pero que tienen como denominador común, esa manera sencilla de entablar relaciones y compartir incluso su vida personal con gente, a la que tal vez no vean o reconozcan nunca más.
Pero donde esta familiaridad se extrema es en el barrio, en que desde bien temprano, camino al trabajo o las escuelas, se comparten impresiones acerca del tiempo, del precio de los vegetales, de si te enteraste que a fulano le dio una cosa anoche, mientras estaba en lo que tú sabes; de la barbaridad que hizo el manager del equipo de beisbol equis que mandó a tocar la bola, cuando no debía;pero igualmente se reclama el buchito de café del vecino, porque no nos dio tiempo a colar, o se le pide de favor que le de una vuelta a la vieja, que hoy se quedó sola.
El cotilleo habanero es como una gran sábana, en la que se va escribiendo la crónica diaria de la ciudad y la barriada y a quienes vivimos en esta ciudad nos encanta, simplemente porque lo reconocemos como parte de nuestra forma de ser
Si usted visita Cuba, no se sorprenda de que alguien en el Malecón Habanero le cuente que allí le dieron el primer beso de su vida. No lo dude, es verdad.
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Y por qué no hablas de que en la habana el 90% de la gente que hay no son de la habana, sino que han llegado de todos los rincones de Cuba, eh?
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